jueves, 28 de noviembre de 2013

sensacionalidad

yo como un sugus azul, vos comes un sugus azul, si nos ponemos pensar seguro suponemos que sabemos lo que el otro siente en la lengua. y de algún modo no comprobable lo sabemos. yo siento el calor de una estufa , vos sentis luego el calor de la estufa , yo se lo que sentis al acercarte a la estufa, vos sabes lo que yo sentí antes. de algún modo. cuando un bailarín mira una clase de danza , cuando un improvisador observa una clase de contact o ve improvisar a otros , de algún modo sabe , sabe como se siente el movimiento , y sabría reproducirlo, y sabe las decisiones que el bailarín toma en su danza. Es una habilidad ? es algo que se puede desarrollar? es real? o es una imaginación no comprobable? en todo caso sea como fuere aún así , tiene una utilidad . esa sensación de ser con el otro. respirar con . sea al mismo tiempo o en diferido. es imaginar la sensación de hacer aquello que hace el otro o siente el otro . Eso nos pone en la presunción de que de algún modo todos percibimos mas o menos igual. Esto se da de patadas con la idea de la diversidad . sabemos que el rojo que veo probablemente sea muy parecido al rojo que ves pero no sea el mismo, por ende esta empatía sensorial es solo un aproximarse , pero aproximarse al otro no es ni por asomo algo pequeño. como decía laban la sensación se siente en el cuerpo y es la palabra que impregna el área del cuerpo. cuando nos ocupamos de las sensaciones estamos trabajando en el área del cuerpo. esta supuesta empatía o sintonía en la sensación implica un encuentro con el cuerpo de otro, sintonizando en un mismo color de sensación. cuando veo una obra de danza siento en el cuerpo aquello que hacen otros, lo siento de alguna forma tenue por supuesto, dado que no lo ejecuto yo, cuando bailo con otro siento sus decisiones entiendo su pensamiento , entiendo su musculatura. Los bailarines debiéramos trabajar en este aspecto. tal vez hay un montón de gente que lo hace pero bueno no me he conectado con ellos. Sabemos como estaba vestida una persona que vemos, no necesitamos mas que prestar una pequeña atención, para saber como suena la voz de otro necesitamos prestar atención ( a menos que tenga un timbre muy peculiar) y escucharlo hablar, para saber como huele usualmente un otro necesitamos tener cierta proximidad ( a menos que hieda) y concentrarnos , para saber las sensaciones de otro necesitamos mucha contemplación, y quietud. Pensé que si pudiéramos ( tal vez sea una ingenuidad total) desarrollar esa forma de sentir al otro, como habito , seríamos mejores personas, no es saber como va a reaccionar , es saber como siente en el cuerpo, saberlo por estar sintonizado, no se cuan malvado tiene que ser alguien para hacerle daño a un otro si puede imaginar como siente ese daño.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Doble posicionamiento del artista temporal

La muerte no es la negación del ser sino la negación del estar allí dice Derrida y lo repite Eric Del Búfalo ante la muerte de Derrida, “la muerte de Derrida no le pertenece a Derrida, nos pertenece a nosotros”, esto sitúa al estar en un evento temporal, sigue siendo luego de no estar. La danza como evento temporal sucede y también es, al terminar sigue siendo pero en su no estar, la obra no se pertenece ya a si misma sino a todos aquellos que la vimos, la hicimos o participamos de alguna forma, sigue siendo a pesar de no estar ya, de no ser posible de interpretar, es hasta que hayan muerto todos los rastros de su existencia y sigue siendo en su pequeña influencia en el mundo . La muerte cantada , representada, contada, es la muerte tomada por los vivos, es pasada al mundo de la representación y toda representación es en ausencia del objeto, toda obra de arte es , o está acostumbrada a ser, una representación a la vez viva, a la vez muerta. Es un punto bisagra entre lo que es en otra parte o lo que fue en otro tiempo, lo que es allí y es para los que allí están, y lo que dejará de ser cuando uno no esté en presencia de ella. La obra deja de estar pero sigue siendo. Si la presencia es lo imposible y el pensar es tomar una distancia infinita, distanciar es insistir fuera de la existencia… entonces la obra como representación es distancia del objeto presencia real. La obra es insistencia . Lo dado entre la pregunta del ser y el logos de esa pregunta ( con todos sus olvidos y memorias) no aparece como real , es decir no es la cosa de la que habla la obra, no es presencia de la cosa, es la huella de la presencia lo que se manifiesta. Al hacer una obra temporal al comenzar un trabajo estamos rastreando huellas, las ordenamos , nos perdemos en ellas, y ofrecemos una presencia que es huella de otra presencia que es siempre ausente. Obra que es composición de si, y composición distante ausente, de lo real. Es un doble posicionamiento, Derrida dice dis- posición. Y en esa dis-posición es donde está presente la ausencia de lo real y por ende se hace presente en cada re – presentación. Este doble posicionamiento pone al artista, intérprete en la situación de re- presentar es decir tomar distancia y a la vez estar presente y vivir esa realidad cada vez. Si usamos la idea que se le atribuye a platón sobre la etimología de la palabra signo, “sema” de que el cuerpo es la tumba (sema) del alma, y ese alma está encerrada en el cuerpo que la contiene, el cuerpo es huella de ese alma, cualquier representación estaría siendo un movimiento del alma dentro de esa celda (idea bastante antigua pero útil) y las representaciones se vuelven infinitas , infinitas como distanciamientos hay de las cosas. Infinito como el pensamiento. Por eso busco en la representación artística la huella de aquello que es, y que al parecer es infinito. Busco el doble posicionamiento esperando vivir allí en escena ferozmente y ser huella. Ser huella luego , ser huella antes.