Recórcholis es...
Nacemos del caos y en torno a pequeñas organizaciones aleatorias subsistimos en el tiempo y habitamos el espacio. Creemos en la danza como una de esas posibles organizaciones aleatorias (y no sólo eso, sino que es nuestra favorita). Nos gusta hacer bailar el aire, transpirar en invierno, conocernos a través del cuerpo, deshidratarnos en verano.
Es el caos el que nos permite actuar y esto muchas veces nos sirve para justificar nuestros deslices adolescentes. Somos parte de un impulso más grande y trabajamos en la creación de Recórcholis porque es lo que podemos aportar a este torbellino que permite que la historia se vaya escribiendo de a poquito.
En Recórcholis hay reglas que desarticulan las relaciones lineales, des-estructuran la cotidianidad corporal para re-configurarla, hacen estallar el cuerpo desde adentro. Tal vez hablaríamos de danza molecular sino fuera porque suena a manifiesto pasado de moda.
Es una íntima e ínfima revolución interna en cada uno de los hacedores de Recórcholis la que activa el torbellino común. No entendemos dónde están los limites, pero cuando encontramos uno intentamos borrarlo o dibujarle unas líneas arriba que nos permiten dis-fundirlo. En Recórcholis, todos los que están presentes son hacedores, todos los presentes son artistas, todos los presentes son espectadores activos de su propio proceso de producción.
Podríamos decir que Recórcholis es un dispositivo, pero sería poco. Podríamos decir que Recórcholis es un evento y estaríamos mintiendo. Podríamos decir que Recórcholis es Arte y no diríamos nada...
Recórcholis es Recórcholis y les da la bienvenida siempre a todos los caos.
En Recórcholis todos somos parte del conocimiento, somos objetos y sujetos del mismo. Recórcholis es ciencia y decir que Recórcholis es ciencia es situar la grandeza de Recórcholis: una experiencia de conocimiento.
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