Un cuerpo que baila, es un cuerpo infinito, talvez todos puedan serlo, y dedicarse al movimiento nos ofrece la posibilidad de tener un cuerpo infinito. Un cuerpo habitable por infinitos mundos, con infinitas sensaciones. Un cuerpo vaciable de sentidos únicos, de identidad del ser. Y llenable con lo inefable. Ese cuerpo que furia, poesía, mareas, un cuerpo mas allá de la mecánica y mecánico también. Un cuerpo más allá de la musculatura y muscular también. Un cuerpo sangre, un cuerpo percepciones, un cuerpo fluidos, un cuerpo fluires. Un cuerpo devenir, y devenir corporeidad. También inmaterialidad. Ese cuerpo es un territorio transitable. Y ese tránsito es la posibilidad de ser un artista del cuerpo. Un navegante de la sensación.
Nuestro cuerpo (según Laban – Bartenieff) tiene una cantidad de mecanismos que están puestos en evidencia en los Fundamentals de Bartenieff, la función de estos ejercicios no es hacerlos, sino usarlos como herramienta para observarlos mecanismos allí presentes. Hoy en una clase de Laban un alumno dijo YA ESTA AHÍ TODO EL MOVIMIENTO, y sí!! El movimiento posible en un cuerpo esta ahí posible desde siempre. De esa misma forma todas las sensaciones están ahí posibles, todas las expresiones están ahí. Todos los mundos. Solo la percepción de ellos nos hace entrar en ellos, solo el vaciamiento de preconceptos, de experiencias nos obnubilan la percepción, nos permite ser sensibles a lo infinito en nosotros y como no somos mas parte de lo infinito, pues a navegar en eso.
LUCRECIA IN THE CIBER SKY OF DIAMONDS
Hace 13 años
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