jueves, 4 de marzo de 2010

¿Qué pomo dice el movimiento?

¿Qué pomo dice el movimiento? o ¿cómo lo dice? es un problemita, si se quiere, que la danza no termina de resolver y tal vez, gracias a Dios.
Esta nota es un "si sale". No tengo idea de la respuesta, soy más bien una escritora de sensaciones, que de ideas. Pero voy a tratar de exponer mi parecer.
Se ha planteado de varias formas distintas: la danza clásica  habla de historias al mismo tiempo que su significante nos habla de la danza clásica, de la técnica y del desempeño del bailarín.  Merce Cunningham trató de decir NADA y dijo cuerpo máquina productor de movimiento. Anne Therese de keersmaeker    propuso un bailarín dividido entre teatralidad y movimiento, Pina Bausch soporta el sentido desde lo escénico; desde la estructura. Y han aparecido recientemente, los bailarines del músculo, aquellos que muestran la materialidad de cuerpo. Esto, obviamente, a grandísimos rasgos.
Sin juicio de valor alguno, todas estas propuestas son válidas o, mejor dicho, ¿quién es uno para no validarlas? Son formas, y respuestas posibles a un enigma que los bailarines, a veces, no nos planteamos.
Acabo de llegar de un ensayo de una coreógrafa amiga. Y le comenté lo que había visto. Ella me contesto: bueno, eso es lo que vos ves. SIISISISISIISSI, yo y algunos más. Es decir, si me visto de rojo con vivos blancos y me pongo un gorro rojo con borla blanca… puedo decir que soy Batman, pero… no puedo pretender que el otro lo diga. En fin, muchas veces esto que me acaba de pasar como espectadora, me ha pasado como intérprete. O coreógrafo. Muchas veces el bailarín no se hace cargo de lo que dice su movimiento. Y no estoy diciendo adjudicarle un sentido, como lo ha hecho la danza moderna o la clásica. Sino que uno debe (tomen este debe con pinzas, por favor) ser un interlocutor de su propio movimiento. Sobre todo un improvisador. Pero todo aquel que esté bailando tiene la posibilidad de recibir lo que el movimiento le dice al cuerpo. Le dice sentido, sobre todo al cuerpo que esta sintiéndolo.
El movimiento desnudo…
En su libro, Didí Huberman nos habla del intento de desvestir de sentido al arte. Cuenta cómo Tony Smith (escultor estadounidense), al hacer su primera escultura (un cubo negro de 1, 9  metros de lado) construye una forma neta y a la vez presenta  lo antropomórfico, o mejor dicho, la ausencia de hombre.  Y se cuestiona Huberman, qué se ve cuando ve una tumba. Alguien en su sano juicio ¿vería un prisma  de cemento estando frente a una lápida? No es un objeto que vemos. Es un interlocutor, es nuestra próxima ausencia mirándonos.
Entonces, aunque es mas fácil al pensar en la lápida, enfrentarnos a un objeto en calidad de espectadores, es leer sentido de alguna forma. El problema es cómo se enfrenta a eso, el trabajador del movimiento. El sin sentido… si es posible también,  cuando no se termina de construir ninguno, cuando "te empiezo a contar caperucita roja y acto seguido, te leo la lista de números ganadores de los últimos diez años de la lotería nacional, pero… ¿no habrá allí también un sentido? ¿Un sentir? ¿Una sensación de incomodidad, al menos porque mi cerebro se había acomodado para (o acostumbrado a) escuchar caperucita?
Y el cerebro
Hay una diferencia entre el pensar, el sentir y el hacer: las brechas mágicas. En esas brechas podemos perdernos como en un bosque mágico. Y no salir.
Hablando de este tema en particular, es importante, si uno va a pensar (por que es valido no hacerlo) no creer que porque uno lo pensó distinto, porque cree en eso, podrá hacerlo distinto. Si nó, no existirían esos errores acerca de los cuales uno dice "ya sabía, pero lo hice así de todas formas". Hay una huella del hacer y una huella del pensar. Por eso la danza, muchas veces nos sorprende. Cuando  el coreógrafo explica lo que quiso hacer y uno no vio esooooo. No sé si llamarlo falla. Es simplemente una desconexión entre lo que el tipo piensa y lo que el tipo hace. Si lo que me gusta me hace feliz de todas formas, si lo que piensa me gusta pero lo que hizo no, ufa.
Volviendo, cada una de estas brechas son fosas donde sumergirse, pero ¿qué onda con  eso de sentir algo y hacer otra cosa? ¿O sentir algo y pensar otra cosa?  En todo caso, no quiero hacer una valoración romántica del sentir. Sino una valoración (si quieren romántica) de lo uno. De estar junto, lo más junto posible en las tres direcciones; entonces, no habría de ser un problema el saber qué hacer en la danza, qué movimientos poner o no, qué espacios recorrer, qué música; todo iría calzándose, un sentido dentro de otro, un pensamiento sobre otro y una acción a continuación de la otra.  ESO ES MI CREENCIA Y MI VIVENCIA. Con esto, no quiero decir que lo tengo resuelto. Si sonó así, lo siento, pero cada vez que me meto en estas brechas salgo vislumbrando el camino, un camino. Cada vez un camino distinto, si se acepta. No hay  RECETAS,  eso sí lo sé!

¿Cómo elegir movimientos? 
Una amiga me dijo que robaba movimientos, y escuché decir a otra que le habían robado el movimiento... me río mucho.  Los movimientos son fonemas ., A, E, I, O, U.  arg grrrrr, UFA.
No se pueden robar, se pueden usar.
Una obra no es los movimientos, es también los movimientos, pero es la idea, el sentir del corógrafo e intérprete.  Es la suma de las distintas artes que intervienen en ella; del espacio escénico donde habita la obra.  En el decir de la danza están los fonemas, la gramática y semántica. Talvez  no se pueda comprender como el lenguaje hablado. No se puede decir, de muchos movimientos, donde terminan o cuánto influye el trabajo de las dinámicas en el decir (yo creo que es decisivo), pero sí se puede sentir. ¿Quién de ustedes, bailarines, no se sintió un imbécil alguna vez, bailando? Si no les pasó, es que tuvieron mucha suerte; siempre han tenido coreógrafos brillantes. Cuando algo no cierra, cuando no se entiende por qué ese movimiento está ahí, (y  no hablo de narrativa, puede ser un sentido cinético), uno siente que hace algo inhabitable, como si estuviera mal vestido en un casamiento. 
Por eso, el ROBAR movimientos es una acción de una aridez importante. Además   de que no se puede. Ajjaaj.  El movimiento, si me sirve, es mío, y no importa si lo vi. Pero solo si me sirve, si encaja en el camino que hace mi movimiento en mi cuerpo, si encaja en la gramática del conjunto. El movimiento es nada, que, obviamente, es decir que es todo. Y así es.  
Escribiré a continuación una obviedad: se puede robar una obra, claro,  entera o casi entera. Ok, pero ¿qué imbécil se va a dedicar al arte para copiar lo que hizo el otro? ¿no es artista aquel que tiene la necesidad de crear, de hacer su hacer Y no estoy hablando de  genios creadores. Un intérprete, un cocinero, lo que fuera  que sea  ), cuando hace, está ahí viviendo eso y tomando decisiones.
Podríamos decir que un artista puede tomar la decisión de copiar una obra o usar la obra de otro para lo que sea. No reniego de Warhol, todo lo contrario. 
Digo que eso no sería robar sino usar. Y si usan la obra de otro, estarán creando un algo.
Volviendo a volver
Entonces para mí, humilde opinión de trabajadora del movimiento, lo único que nos queda es la honestidad. No sabremos tal vez cómo dice, pero sí sabremos qué pertenece a ese decir y qué no, qué no transita, qué nos habita, qué pensamos al respecto; y podemos revisar las brechas si queremos, además de ser honestos, ser coherentes. Acaso en la incoherencia se halla algo de deshonestidad. O no. De verdad no sé. Pero si es como dice la medicina china, uno debería  poder ser un uno consigo mismo. Lacan, a tomar por culo, que se maten entre ellos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

meli es genial lo que decis, ¿porque en la danza todo llega como un poco desfasado??!!! Digo esa relacion entre praxis y teoria. Rizoma de nuestro amado Gilles habla de eso, mas enfocado a la literatura, habla del libro y de como hace años El Libro dejo de ser una bella totalidad organica la cual me explica una manera de ver el mundo. Un libro es una caja de herramientas , o un par de anteojos, si me sirven las tomo, si me sirve un pedazo de eso tambien lo tomo y lo acoplo con otro pedazo de otra cosa y asi. NO hay nada que interpretar ni que siginificar, hay mucho para experimentar.